Sabemos
que la formación de los satélites de los planetas gigantes ocurre como un
proceso similar a la formación de los planetas y a partir de una subnebulosa
planetaria y que, por tanto, los satélites están en el plano del ecuador del
planeta. Pero éste no es el caso de la Tierra. La Conferencia que tuvo lugar en
Houston en enero de 1970 para ver los resultados de las muestras que trajo el
Apolo XI ya se descartó ésta opción. La Luna se había formado en caliente. La
Luna, simplemente no debería existir, pues ninguno de los planetas terrestres
del Sistema Solar tiene satélites naturales. Marte tiene dos pequeños satélites
quizá asteroides capturados. La Luna no está en el plano del ecuador de la
Tierra ni en el plano de la eclíptica.
También
descartó las teorías de la captura por la identidad isotópica de la Tierra y de
la Luna y la de fisión. Nos habíamos quedado sin teorías sobre el origen de la
Luna.
Los científicos norteamericanos Donald Davis
y William Hartmann propusieron en 1975 que el origen de la Luna era el
resultado de la colisión de un gran planetesimal del tamaño de Marte con la
proto-Tierra. El protoplaneta fue bautizado apropiadamente como Teia (en la
mitología griega la madre de la diosa Selene) y se le llamó la hipótesis del Gran Impacto. Luego junto con el grupo
de Cameron publicaron los trabajos en 1975 y 1976. Desde entonces la teoría ha
ido aportando más detalles del impactor, de las características del choque, de
su procedencia, de los parámetros del choque, de la condiciones de la
conversión del disco de escombros en la Luna. Algunas de ellas, hasta que se
formula en 2015 la teoría actual del modelo del impacto violento del geoquímico
de la Universidad de Washington Kung Wang, han cambiado substancialmente.
Fig. 1 La Luna no está en el plano del ecuador de la Tierra, con el que forma un ángulo de 28,6º, ni en el plano de la eclíptica, con el que forma un ángulo de 5,15º. Su ecuador forma un ángulo de 6,68º-5,15º=1,5º con la eclíptica, así que la luz solar es cenital en el ecuador y hay cráteres cercanos a los polos, donde la luz solar nunca alcanza a su fondo y las temperaturas constantes de –220ºC quizá conservan depósitos de hielo cometario.
El momento en que esto ocurrió se acota entre
los 40 y los 100 Ma tras la formación del Sistema Solar. La transformación
Hf-182®W-182 proporciona la edad de
diferenciación de la Luna y la primera cifra. La datación de las colisiones
entre los proyectiles que escaparon de la gravedad de la Tierra y que han
dejado en los aerolitos huellas del impacto la segunda. Recientes
estudios en 2019 nos dicen que la Luna es más vieja y la cifra de 40 Ma la correcta.
Identidad isotópica
Todos
los cuerpos del Sistema Solar tienen una composición isotópica distinta,
reflejo de su historia única. Las simulaciones numéricas del impacto predecían
que la mayor parte del material (60-80%) que se fusionó en la Luna debía
proceder de Teia y no de la Tierra y eso era un gran problema. En 2001, un
equipo a la Institución de Carnegie de Washington informó que la firma
isotópica de las rocas lunares era idéntica de la Tierra, y era diferente de
casi todos otros cuerpos en el Sistema Solar. En 2014, los análisis realizados
de forma independiente por el equipo de Thomas Kruijer de la Universidad de
Münster (Alemania) y el de Mathieu Touboul en la Universidad de Maryland (EE
UU) mostraron una composición isotópica similar a la Tierra, aunque había
pequeñas diferencias. Una de ellas era el exceso del isótopo 182W del wolframio
(también llamado tungsteno) en la Luna, lo que los investigadores relacionan
con un depósito tardío de material. Tras su formación, con el transcurso del
tiempo los elementos se acumularon en diferentes proporciones en la Luna y
Tierra.
En palabras de Kung Wang: El objetivo es encontrar una manera de hacer
que la Luna en su mayor parte proceda de la Tierra en lugar de Teia. Hay muchos nuevos modelos para lograrlo....
La
primera idea surge en 2004, el matemático Edward Belbruno de Princeton y el
astrofísico J. Richard Gott propusieron la hipótesis de que Teia se formó en el
punto de Lagrange L4 o L5 del sistema Sol-Tierra ya que dicha relación
isotópica parece depender de la distancia al Sol. Teia se desestabilizó de su
órbita troyana cuando su masa alcanzó la masa de Marte (raro pues un sistema troyano Tierra-Marte sería estable) y chocó con la Tierra en
un choque a baja velocidad. Pero para explicar más coherentemente la similitud
isotópica, la hipótesis que primero cayó fue la coorbitalidad de Teia. Dado que
la Luna presenta una mayor proporción de monóxido de hierro (FeO) que la Tierra,
se supone que esta diferencia cabe achacarla a Teia. El valor más probable es
inferior al 30 % de monóxido de hierro y esto significa que Teia tuvo que
formarse en la región del disco protoplanetario comprendida entre Venus y la
Tierra, pero no más lejos. En 2007 aparece la idea de un impacto más violento,
hasta el punto de que Teia y buena parte de la proto-Tierra fueron
pulverizados, expandiéndose hasta formar un enorme disco superfluito de
silicato del cual cristalizó la Luna. Mientras los núcleos de la Tierra y Teia
se fundieron para dar lugar al núcleo terrestre. No obstante para que esto sea
posible el disco de escombros protolunar tendría que durar unos 100 años ya que
el intercambio de material a través de esta atmósfera de silicato es muy lento.
En las primeras teorías del Gran Impacto la formación de la Luna apenas duraba
un año. Los investigadores afirmaron que la probabilidad de Teia tenga una
firma isotópica idéntica a la Tierra es menor que el 1%.
Modelo de fusión
En 2015 Kung Wang y su equipo hicieron una
corrección al modelo del impacto violento. Asumen que el impacto fue tan
violento que Teia y el manto de la Tierra se vaporizaron y se mezclaron para
formar una atmósfera densa de vapor y masa fundida que se expandió para llenar
un volumen más de 500 veces mayor que la Tierra actual. El material despedido
estaba dentro del radio de Hill de la Tierra pero en su mayor parte fuera de su
límite de Roche. El ambiente del manto era un fluido supercrítico, sin fases de líquido y gas distintas (Sinestesia). Mientras los núcleos de la
Tierra y Teia se unían para formar el núcleo terrestre. La mezcla completa de esta atmósfera explica la composición isotópica
idéntica de la Tierra y la Luna.
Una nueva medición de isótopos de potasio en
rocas lunares y terrestres apoya esta idea. Al comparar las proporciones de
isótopos de potasio K-41 y K-39 en rocas terrestres y lunares procedentes de
diferentes misiones Apolo encontraron que las rocas lunares se enriquecieron en
alrededor de 0,4 partes por mil en el isótopo K-41. El único proceso de alta
temperatura que podría separar los isótopos de potasio es la condensación incompleta del potasio de
la fase de vapor durante la formación de la Luna. En comparación con el isótopo
más ligero, el más pesado caería preferentemente fuera del vapor y se
condensaría. Sin embargo, este proceso no ocurrió en un vacío absoluto, ya que
daría lugar a un enriquecimiento en K-41 de 100 partes por mil, sino que la
Luna se condensó a una presión superior a 10 bar, o aproximadamente 10 veces la
presión atmosférica al nivel del mar en la Tierra.
Este
modelo generó una Tierra con un periodo de rotación muy corto lo que se
denomina también de elevado momento angular.
En otras palabras, el modelo de la fusión,
que es el que está en vigor, sugiere que el impacto fue tan brutal que casi
pulverizó la Tierra.
El mérito de la hipótesis del Gran Impacto era que explicaba muchos de
los rasgos lunares:
· La abundancia de los isótopos de oxígeno (16O, 17O y 18O) medida en
las rocas recogidas durante las misiones Apolo, es prácticamente igual a la que
existe en la Tierra.
· La Luna se formaría cerca de la Tierra y desde entonces iría frenando
la rotación de la Tierra y alejándose. Esto explicaría los datos
paleontológicos de años con más días y días más cortos.
· La baja densidad lunar procedería de su origen. Formada del manto de
la Tierra y Teia. Muy poco de los núcleos. Esto explicaría que la Luna tiene un
núcleo de hierro relativamente pequeño, menor del 25% de su radio. Lo sabemos
por la densidad media, el momento de inercia, y la inducción magnética de la
Luna, medida por la nave Lunar Prospector.
· Por el contrario la Tierra tiene la densidad más alta de todos los
planetas en el Sistema Solar ya que el núcleo de Teia se agregó al de la
Tierra.
· El elevado momento angular del sistema Tierra-Luna quedaba explicado
porque el impacto lateral aumentaría la velocidad angular de la Tierra.
· La Luna tuvo su superficie completamente fundida. Lo demuestra la
composición de la corteza lunar, rica en anortosita, y la existencia de
muestras ricas en KREEP. Un gigantesco impacto pudo aportar la energía
suficiente para formar un océano global de magma.
· La escasez de agua y elementos volátiles en la Luna se debería a su
expulsión en el momento del choque por el máximo térmico que se alcanzó.
· Las rocas lunares contienen más isótopos pesados de cinc y en conjunto
tienen menos cinc.que el que existe en las rocas volcánicas de la
Tierra o Marte lo que es consistente con que el cinc desapareció de la Luna a
través de la evaporación, como se espera de su origen derivado de un impacto
gigante. El cinc se fracciona en sus isótopos cuando las rocas se volatilizan por impactos pero no durante los procesos volcánicos normales así que la abundancia y la composición isotópica del cinc puede distinguir entre los dos procesos geológicos evaporación e impacto gigante.
· Se cree que el otro sistema doble del Sistema Solar, Plutón-Caronte,
también es fruto de un impacto mucho menor, sólo que en este caso quedaron como
residuo pequeños satélites.
· Existen evidencias de
colisiones similares en otros sistemas planetarios. En las viejas estrellas HD
172555 y en b Pic hay un disco de escombros con polvo de sílice rico en gas SiO.
También hay un cinturón de polvo alrededor de la joven estrella HD 23514 entre
0,25UA y 2UA.
Todo sugiere la colisión para formar
la Luna.
A pesar de que no hay duda de que la teoría del Gran Impacto (versión fusión) es la correcta para explicar el origen de la Luna, existen varios interrogantes que no han sido resueltos. No obstante, sí queda explicado el hecho de que la firma isotópica de la Tierra y la Luna sean similares. De la mezcla de mantos de la proto-Tierra y Teia nacen la Tierra y la Luna. Entre las dificultades se incluyen:
· No queda explicada la
inclinación de la órbita lunar de 28,6º respecto del plano ecuatorial.
· La presencia de volátiles
como el agua atrapada en los basaltos lunares es más difícil de explicar si la
Luna nació de un impacto que tuvo como consecuencia un evento calorífico.
· Las relaciones entre los elementos volátiles en la Luna no son
consistentes con la hipótesis del gran impacto. En concreto cabría esperar que
la relación entre los elementos rubidio/cesio fuera mayor en la Luna que en la
Tierra, ya que el cesio es más volátil que el rubidio, pero el resultado es
justamente el contrario.
· No existe evidencia de que
en la Tierra haya existido un océano de magma global. Se han encontrado
materiales en el manto terrestre que no parecen haber estado nunca en un océano
de magma.
· El contenido del 13% de
óxido de hierro (FeO) en la Luna es superior al 8% que tiene el manto
terrestre.
Bibliografía:
Otros artículos de esta serie:
0) Legado 0: Legado del programa Apolo (Introducción)
1) Legado I: Análisis de las rocas lunares
- The Scientific Legacy of Apollo (Ian A. Crawford, Department of Earth and Planetary Sciences, Birkbeck College,University of London en arXiv 2012)
- Los resultados científicos del Apolo XI (Rafael Bachiller, Director del Observatorio Astronómico Nacional.
- Redescubriendo la Luna (Jorge I. Zuluaga, Astrónomo del SEAP y FCEN Universidad de Antioquía, Colombia)
- Apuntes míos: Origen de la Luna (Cap. 27.10.10) Datación de superficies planetarias (Cap. 5.4.2)
Otros artículos de esta serie:
0) Legado 0: Legado del programa Apolo (Introducción)
1) Legado I: Análisis de las rocas lunares
2) Legado II: Origen de la Luna (éste)
3) Legado III: Datación por densidad de craterización. Calibrado. Bombardeo masivo tardío. La Luna se encoge.
4) Legado IV: Estructura del interior lunar
5) Legado V: El pasado y futuro del sistema Tierra-Luna
No hay comentarios:
Publicar un comentario