martes, 31 de diciembre de 2019

Resonancia orbital de Laplace en el Sistema Solar

Este trabajo tiene dos partes, la (II) se refiere a Resonancia Laplace en sistemas extrasolares.

La resonancia en física

Hay muchos ejemplos en física de la resonancia. Todos hemos visto como en la parte científica de El Hormiguero se rompen copas emitiendo un sonido con una frecuencia que iguala la frecuencia de vibración natural de la copa o se apagan velas haciéndola coincidir con el valle de la onda. Pero la resonancia es mucho más y hay ejemplos en casi todos los campos de la física: en electricidad, en  un circuito de corriente alterna con una resistencia de valor R, un condensador de capacidad C y  una bobina de inducción L, puestas en serie, el circuito entra en resonancia cuando la frecuencia  𝞾 de la corriente alterna es tal que compensa los efectos del condensador y la bobina y entonces la intensidad eficaz que atraviesa el circuito es máxima. Cuando sintonizas una emisora de radio o televisión no estás haciendo otra cosa  que poner en resonancia tu aparato electrónico de radio o televisión con la emisora que emitió la señal, igualando las frecuencias. Pero el ejemplo arquetipo de resonancia es el de la niña y el columpio. Supongamos una niña que se columpia con un periodo de 2 segundos. Si su padre la empuja a periodos arbitrarios no causará el mismo efecto que si la impulsa cada 2 segundos, pues entonces lo hará de manera eficaz y causando el aumento de la oscilación. A esta intensificación o amplificación de la fuerza que llega a afectar de forma notable a sus movimientos se le conoce con el nombre de resonancia. Como es lógico, la resonancia también está en la Astronomía. Hay muchos tipos de resonancia pero aquí nos ceñiremos a sólo dos: Resonancia spin-orbita y Resonancia orbital y dentro de ella a la Resonancia orbital de Laplace  que afecta a tres planetas o satélites y que la descubrió Laplace para los satélites galileanos del Sistema Solar pero ahora es muy importante en la estabilidad de los sistemas exoplanetarios, que veremos en el próximo escrito. Dejamos de lado con pena los Huecos de Kirkwood que causan la desaparición de asteroides a ciertas distancias resonantes con el periodo orbital de Júpiter y a los huecos en los anillos de Saturno (División de Cassini etc. ) creados por resonancias con los satélites de Saturno.  Es decir los casos en que la resonancia es desestabilizadora para centrarnos en los que estabiliza el sistema.

Resonancia spin-órbita

Por resonancia spin- órbita nos referimos a la que relaciona el periodo de rotación de una estrella o planeta y el periodo de traslación a su alrededor de un planeta o satélite. Muchos de los satélites que giran alrededor de un planeta presentan una rotación síncrona; es decir, tardan el mismo tiempo en girar sobre sí mismos que alrededor del planeta. Se dice que están en resonancia 1:1. Esto significa que el satélite presenta al planeta siempre la misma cara. El ejemplo más llamativo es el de la Tierra y la Luna, pero la inmensa mayoría de satélites están en esta situación. Entre ellos todos los grandes satélites de Júpiter y Saturno. La razón es la fuerza de marea del planeta ha parado el giro del satélite respecto a su planeta. Para ello el satélite tiene que ser grande y estar cerca del planeta. La fuerza de marea se debe a la diferencia de fuerza de atracción que el planeta ejerce sobre diferentes partes del satélite. Es una fuerza diferencial, en el doble significado de la palabra y por tanto disminuye con el cubo de la distancia, es decir más rápido que la fuerza de la gravedad que sólo lo hace con el cuadrado. En el Sistema Solar ningún planeta está atrapado en una resonancia spin-órbita 1:1. El más cercano al Sol, Mercurio, tiene su periodo de rotación de 58,7 días, está atrapado en una resonancia 2/3 del periodo de traslación alrededor del Sol de 87,97 días. Dejando aparte a Venus que gira de forma retrógrada y muy lento, el resto de planetas gira libremente. Para los planetas exteriores del Sistema Solar se ha comprobado que la energía rotatoria por unidad de masa de los planetas se relaciona con la masa de este. En resumidas cuentas los planetas masivos giran más rápido que los menos masivos. La Tierra no cumple la relación porque (ver Legado 5 del programa Apolo) ha sido frenado por la marea lunar y por la conservación del momento angular ésta se aleja. Se explica allí también el proceso de Plutón y su luna Caronte. En los exoplanetas la inmensa mayoría han sido descubiertos por tránsito o velocidad radial lo que favorece el descubrimiento de planetas cerca de sus estrellas así que están, salvo unos pocos, frenados por marea presentando la misma cara a la estrella lo que dificulta su habitabilidad. Muchos de ellos tienen todos sus planetas más cerca que Mercurio del Sol lo que convierte al Sistema Solar en bastante atípico. 

Resonancia orbital de los movimientos medios

En mecánica celeste, se produce una resonancia orbital cuando dos cuerpos en órbita tienen el cociente de sus periodos de traslación cercana a una relación de números enteros sencillos. Es decir:

 T₂/T₁=p/q
donde T₂ es el periodo del planeta exterior, T₁ el interior y p y q números enteros sencillos.
Por ejemplo, en nuestro Sistema Solar, Júpiter tarda 11,86257 años y Saturno 29,458 años: El cociente de sus periodos vale 2,4833, próximo a 5/2 con un error relativo de 6,7x10-3 . Se dice que Júpiter y Saturno están en una resonancia de 5/2 porque cuando Júpiter da 5 vueltas al Sol Saturno da 2 y cada 60 años se encuentran muy cerca ejerciéndose una influencia gravitacional periódica que altera sus órbitas.
El francés Pierre-Simon Laplace (1749-1827) que vivió en la convulsa Revolución Francesa y tuvo por alumno a Napoleón Bonaparte fue el primero en darse cuenta de ello. En su época había algunos problemas astronómicos sin solución, por ejemplo Júpiter parecía acelerarse y Saturno frenarse. De seguir así Júpiter acabaría por escapar del Sol y Saturno por caer en él.  Con sólo 23 años de edad, Laplace se dio cuenta de que no era un efecto secular sino periódico (de periodo 60 años) por la posición relativa de los dos cuerpos. En ese momento Saturno adelantado en su órbita tiraba de Júpiter acelerándolo, mientras a su vez Júpiter retrasaba el movimiento de Saturno. Pronto Júpiter adelantaría a Saturno en su giro interior más rápido y el problema se invertiría.



Fig 1. El libro de Peter Duffett-Smith Practical astronomy with your calculator nos habla de las fórmulas que aplicó Laplace para corregir este efecto.

Laplace fue un hombre que durante su vida, consiguió, aparte de en astronomía, muchos logros en física y es muy conveniente leer su biografía.
Si p=q estamos en una resonancia orbital 1:1 y Joseph-Louis Lagrange descubrió que hay una situación gravitacional de equilibrio (los puntos L₄ y L₅) cuando el Sol- Júpiter y L₄ o L₅ forman un triángulo equilátero. Los asteroides troyanos ocupan estos puntos que preceden o  van por detrás de Júpiter en 60º. Hay muchos planetas y lunas que tienen troyanos. Hemos visto que aunque en el Sistema Solar no hay, desde el punto de vista de la estabilidad planetas similares en masa a Júpiter y Saturno podrían ser planetas troyanos. En este artículo podrás encontrar referencias aclaratorias a los Puntos de Lagrange etc.
Si los periodos están cerca de una conmensuridad p/q pero no hay o no se han detectado consecuencias físicas diremos que se trata de una cuasi-resonancia.
La diferencia entre resonancia y cuasi- resonancia la hemos visto ya en la resonancia entre Júpiter  y Saturno que afecta a la longitud de ambos. Aparece claramente en los satélites galileanos. En 1610 Galileo Galilei descubrió los 4 satélites más grandes de Júpiter y poco después había publicado unas efemérides de ellos. Los tres satélites interiores están en una resonancia 2:1 y el más exterior en una resonancia 7:3.
El movimiento medio n de un satélite de periodo T se define como

n=360º/T

es decir los grados que recorrería el planeta por término medio en un día, haciendo caso omiso a la segunda ley de Kepler. Pero la resonancia de los satélites galileanos no es exacta:

T₂/T₁=2,00734 y T₃/T₂=2,01493
¿A qué se debe el estar ligeramente fuera de la resonancia?  En realidad la ecuación real de Ío (I), Europa (II)  y Ganímedes (III) es
Fig. 2 La longitud del periastro es la suma de dos ángulos medidos sobre diferentes planos: la longitud del nodo y al argumento de latitud del periastro.
Esto es una prueba de estabilidad, se puede demostrar que las conjunciones de Ío y Europa (mínima distancia entre ambos) ocurren cuando  Ío está en el periastro de su órbita mientras que Europa está en el apoastro de la suya. De esta manera cuando esto sucede ambos satélites están lo más alejados posible uno de otro.
{\displaystyle n_{Io}-2\cdot n_{Eu}+{\dot {\tilde {\omega }}}_{Io}=0}En el Sistema Solar o en sus sistemas de satélites hay muchas resonancias y cuasi-resonancias. En los sistema de planetas extrasolares, como veremos en la segunda parte,  aún hay más.

Resonancia de Laplace                   

La resonancia de Laplace hace que los periodos T₁, T₂ y T₃ de los tres satélites galileanos de Júpiter Ío (I) Europa (II) y Ganímedes (III) están en una resonancia orbital 1:2:4. Es decir


Como hemos visto la resonancia no es exacta por lo que las dos cantidades no son exactamente 0. Por definición los tres cuerpos están en resonancia Laplace si estas cantidades no necesariamente 0 son iguales.

Es decir si
n₁-3n₂+2n₃=0
y en efecto para los tres satélites galileanos, la combinación lineal de los movimientos medios vale -0,005943172º/día.
Pero la resonancia de Laplace no se limita a los movimientos medios, si no que tiene implicaciones sobre la posición en la órbita de los tres satélites galileanos. Laplace descubrió que las longitudes medias donde λ ≡ Ω + ω + M de los tres satélites galileanos cumplían una condición en sus longitudes:
𝜆₁-3𝜆₂+2𝜆₃=𝜋 rad=180º
La resonancia Laplace tiene que ver con los periodos sinódicos de los satélites de Júpiter. Puede demostrarse sin dificultad que el periodo sinódico de I y II es T2=1/2 T3 , que el T sinódico de II y III es T3 y el de I y III es 1/3 de T3.  Los tres satélites repiten su configuración cada T3=7,15 días en los cuales hay 2 conjunciones de los satélites I y II, 1 conjunción de los satélites II y III y 3 de los satélites I y III por lo que se establece que la configuración de la resonancia Laplace es 2:1.

Obsérvese que los coeficientes de los movimientos medios y de la longitud de libración son iguales al número de conjunciones.
En 1975 R. Greenberg publicó On the Laplace relation among the satellites de Uranus  donde expone la figura:
Así en el caso de Júpiter, Si II y III están en conjunción y se considera que ésta es el origen de las longitudes I está en oposición  a ellos pues 𝜙=180º. La resonancia Laplace favorece la estabilidad del sistema pues es imposible que los tres satélites galileanos estén próximos. Es imposible una conjunción triple. Esta ecuación supone resonancias de tres cuerpos de orden cero que son, con mucho, las más fuertes en el caso de pequeñas excentricidades (Gallardo et al. 2016). La resonancia Laplace es estable a las perturbaciones y, por ello, es dinámicamente significativo. Estas resonancias también son importantes para el caos en el cinturón de asteroides (Nesvorný y Morbidelli 1998)
Dada la geometría de las órbitas de la Tierra y Júpiter desde este último planeta la elongación máxima de la Tierra F=11º (el ángulo máximo que forman los rayos del Sol y la línea Tierra –Júpiter). Esto significa que es normal confundir tránsito de un satélite por el disco y paso de la sombra y ocultación con eclipse de un satélite.

Fig. 3 La Tierra vista desde Júpiter en su máxima elongación se separa sólo 11º del Sol. Esto significa que durante todo el periodo sinódico de Júpiter de unos 13 meses dicho ángulo será menor.

Esto da lugar a unas famosas reglas de Laplace que todo observador de los satélites de Júpiter debe conocer y que caso de no tener las efemérides pueden ayudar en la identificación:
1) Jamas transitan o se ocultan/eclipsan simultáneamente los tres.
2a) Empecemos por la que ya tenemos dicha. Si II y III simultáneamente se ocultan/eclipsan entonces I transita.
2b) Si II y III simultáneamente se transitan entonces I está oculto o eclipsado.
Fig. 4 Configuraciones de los satélites de Júpiter por Resonancia de Laplace según el libro Astronomía Popular de Camille Flammarion. Izquierda 2a y derecha 2b.
3) Si I y II se ocultan/transitan simultáneamente entonces 2lIII =±180 y III está en la máxima elongación oriental u occidental
Fig. 5 Configuraciones de los satélites de Júpiter por Resonancia de Laplace según el libro Astronomía Popular de Camille Flammarion. 

4) Si I y III simultáneamente eclipsan o se ocultan 3lII =±180 y II forma ±60º con I y III

Generalización de la resonancia de Laplace

Supongamos que los periodos T1, T2 y T3 de los tres planetas o satélites estén en una resonancia orbital dos a dos del tipo p/q>1. Es decir 


Si las resonancias son exactas, se cumplirá lo anterior, pero si no, cada cantidad será distinta de 0 y por definición los tres cuerpos están en resonancia Laplace si estas cantidades son iguales.
Es decir si
En la resonancia Laplace p:q no es preciso que p>q por ejemplo, veremos que la resonancia de los satélites de Plutón es 2:3.
Ejemplo: en el caso de los satélites galileanos p=2 q=1 y volvemos al caso particular. Los satélites galileanos I, II, III están en resonancia de los movimientos medios 2:1 dos a dos y también en resonancia de Laplace 2:1.

Otros ejemplos en el Sistema Solar

1)      Los satélites regulares más interiores de Urano

De los cinco satélites regulares de Urano los tres más interiores (Miranda, Ariel, Umbriel) están en resonancia Laplace. Quillen y French (2014) encuentran que las resonancias de tres cuerpos pueden ser relativamente más importantes que las resonancias de dos cuerpos entre las lunas interiores de Urano ya que las lunas están cerca de las resonancias de movimiento medio.
Los periodos de los tres satélites son T1=1,4135dd T2=2,5203 d T3=4,1442 d así que los movimientos medios son n1=254,686947º/d n2=142,840138 º/d n3=86,8683944 º/d
El periodo sinódico de 1 y 2 es 3,2187 días, el de 2 y 3 es 6,4318 días y el de 1 y 3 es 2,1452.
Hay un múltiplo de los periodos sinódicos de 6,435 días con un error de 0,005 días. Cada 2 conjunciones de Miranda y Ariel hay 1 de Ariel y Umbriel y 3 de Miranda e Umbriel.
Miranda, Ariel u Umbriel están en una resonancia orbital de Laplace de valor p:q (2:1) es decir cumplen la misma ecuación en n que los satélites galileanos:
                                                                            n₁-3n₂+2n₃=0
y la ecuación no da 0 si no -0,09667818 º/d. Ello significa que cuando se produce la conjunción de Ariel y Umbriel, Miranda tiene una posición algo retrasada respecto a la conjunción anterior, llegando a producirse una conjunción triple cada 360/(0,09667818x365,2422)=10,19 años un periodo lago dado que los periodos orbitales de los satélites son de pocos días. El ángulo F no está pues limitado.
Tabla 1 El (*) significa el periodo sinódico de Miranda y Umbriel.

Otro tema es la resonancia de los movimientos medios T₂/T₁=1,78302087 y T₃/T₂=1,64432806. Aunque nos dicen que la resonancia 2:1 es muy importante y ancha [1,83; 2,18]  es claro  que ambos valores quedan fuera. En unos artículos de Tittemore, W. C.; Wisdom de 1988 y 1990 titulados Tidal evolution of the Uranian satellites: I y II habla de probables resonancias pasadas y presentes entre Miranda-Umbriel  (3:1) y entre Ariel-Umbriel de  (5:3) lo que nos deje para Miranda–Ariel una relación actual de 3:1/5:3 de 9:5. Es decir dos resonancias en los movimientos medios distintas de 9:5 y 5:3 causan entre los tres satélites una resonancia Laplace 2:1.
Para explicarlo supongamos que  T1, T2, T3 sean los periodos de tres planetas o satélites en resonancia Laplace p:q, se cumple
Para el caso de los satélites de Urano r=9/5 s=5/3 p=2 q=1 el primero y segundo miembro valen 5.
Si r=s entonces la ecuación anterior se transforma en la ecuación qr²-(p+q)r+p=0 que tiene dos resultados r=s=p/q  y la trivial r=s=1.
Ahora bien nadie ha usado en la demostración que r y s sean racionales. De hecho no lo son, la resonancia Laplace tiene el mérito de sacar ligeramente a los planetas de las resonancias de los movimientos medios, para conseguir que las longitudes de los exoplanetas cumplan una condición de libración que los mantenga más estables.

Los satélites de Plutón: Estigia, Nix e Hidra

Plutón, como la Tierra, no debería tener satélites. Si ambos cuerpos los tienen es porque sufrieron un choque brutal. Como resultado tienen respecto a su masa los satélites más grandes conocidos: Caronte y la Luna. Tanto es así que el sistema Plutón-Caronte puede considerarse un sistema doble. Aunque en el choque brutal que permitió la formación de la Luna no hubo subproductos, sin embargo la formación de Caronte sí tuvo hermanos pequeños y Plutón tiene un sistema de satélites muy pequeños que por orden  de lejanía son Caronte, Estigia, Nix, Cerbero e Hidra.
La rotación de la Luna y Caronte ha sido totalmente frenada. Están en resonancia spin-órbita 1:1 y presentan siempre la misma cara a la Tierra y Plutón respectivamente. Como dijimos en el Legado 5 la Tierra ha sido frenado por la marea lunar y por la conservación del momento angular la Luna se aleja. Mientras la Luna se aleja, la Tierra se frena pero no llegará a escapar de la gravedad terrestre. A 558.650 Km la Luna dejará de alejarse porque la Tierra estará totalmente frenada respecto a la Luna. El día en la Tierra duraría 47 días actuales. Todo esto no ocurrirá porque el tiempo necesario para alcanzar esta configuración supera la edad actual del Universo y mucho antes en unos 6.000 millones de años el Sol morirá. Todo esto se explica en el Legado 5 y allí también dijimos que este mismo proceso para Plutón y su luna Caronte ha terminado: Caronte presenta la misma cara a Plutón y éste la misma cara a Caronte. Ambos están frenados por marea y coinciden el periodo de rotación y traslación de Caronte con la duración del día de Plutón: son 6,38723 días.


Tabla 2 El (*) significa el periodo sinódico de Estigia e Hidra. (*1) significa relación con el periodo de Nix con el que forma la resonancia Laplace.

Hay un múltiplo de los periodos sinódicos de 213,5 con un error de 0,14 días. Cada 2 conjunciones de Estigia y Nix hay 3 de Nix e Hidra y 5 de Estigia e Hidra.
Estigia, Nix, e Hidra están en una resonancia orbital de Lagrange de valor 2:3. (Showalter y Hamilton 2015) A diferencia de las resonancias en los movimientos medios la resonancia Laplace p:q no significa que p>q. Nix e Hidra están en una resonancia 3:2. Estigia y Nix están en una resonancia 11:9 con una proporción de los periodos orbitales 18:22:33.
Si l denota la longitud media de cada satélite de Plutón y F el ángulo de libración, entonces la resonancia puede formularse como:
F=3𝜆₁-5𝜆₂+2𝜆₃=𝜋
con una amplitud de por lo menos 10°. Como con la resonancia de Laplace de los satélites galileos de Júpiter, las conjunciones triples ocurren nunca.

Esto significa que dos resonancias orbitales de los movimientos medios distintas r=11/9 y s=3/2 producen una resonancia Laplace 2:3 p=2 q=3 cumpliendo que ambos miembros de la relación valen 15/2.

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