domingo, 4 de agosto de 2019

Geología de la Luna


El aspecto más característico de la Luna es el contraste de zonas claras y oscuras. Las zonas claras son las tierras altas y reciben el nombre de terrae (tierras) y las planicies más oscuras llamadas maria (mares). Nombres dados por Johannes Kepler aunque desde mucho antes del Apolo sabemos que los mares son zonas planas de lava y sin agua.
En la cara visible hay mares (2/5) y tierras altas (3/5). En la cara oculta sólo tierras altas y pocos y muy pequeños mares. La mayoría de los científicos cree que esta asimetría está causada porque la corteza de las tierras altas es más espesa en el lado opuesto dificultando el ascenso del basalto hasta la superficie.

Los maria

Los maria lunares son planicies extensas, oscuras y basálticas de la superficie lunar. Son fácilmente distinguibles en la superficie de la Luna debido a su color oscuro, ya que reflejan menos la luz del Sol que las zonas lunares altas. La nomenclatura tradicional para la Luna también incluye, según la extensión de los maria, los nombres de Oceanus, Lacus, Palus (pantano) o Sinus aunque tienen una formación similar a los mares. Se mantienen estos nombres por tradición. Antes de ser confirmado por las misiones Apolo, los científicos ya creían que los mares lunares eran planicies de lava provocadas por flujos de lava. El material recogido durante las misiones lunares Apolo confirmaron la sospecha de que estaban formadas de un tipo de roca volcánica llamada basalto.
En los años sesenta, algunos científicos sugirieron que los impactos de asteroides causaron la formación de grandes cuencas produciendo el calentamiento del interior de la Luna y la inundación de las cuencas por lava. Entonces la edad de las cuencas y de las cuencas debe ser similar. La característica visible más importante acerca de la relativa juventud de los mares respecto al terreno circundante es que los mares poseen menos cráteres, lo que supone que han estado menos tiempo expuestos al bombardeo. De hecho, con los datos recogidos en las misiones lunares se sabe que los mares pueden formarse incluso miles de millones de años después de que se formen las cuencas.
Los mares fueron formados por coladas de lava que principalmente llenaron las enormes cuencas de impacto. Aunque se piensa que en la actualidad la Luna no posee ninguna actividad volcánica, sí la tuvo en el pasado. Según estudios, la actividad volcánica de la Luna tomó lugar después de que las tierras altas fueran formadas y después de que la mayor parte del proceso de craterización sucediera, por este motivo, los mares lunares son más recientes que las tierras altas.
Sin embargo no existen los volcanes por donde surgió la lava, sólo se pueden apreciar conos de ceniza asociados con depósitos de manto oscuro que existen en mares y también en las tierras altas. Se sugiere que la lava surgió a lo largo de grietas en algunos casos visibles pero en otros no visibles.
La mayor parte de las erupciones volcánicas que formaron los maria tuvieron lugar a través de fisuras en la superficie lunar. La lava basáltica fue fluyendo a lo largo de diversos períodos, durante milenios, mucho después de que se formaran las cuencas de impacto.

Las tierras altas

Las tierras altas presentan la mayor cantidad de cráteres de impacto desde un diámetro de cerca de un metro hasta 1.000 kilómetros. Antes de que cualquier misión robótica pudiera llegar a la Luna, los científicos pensaban que el origen de algunos de estos cráteres era volcánico, idea que cambió radicalmente con el retorno de muestras de suelo y rocas lunares con las misiones Apolo mostrando claramente el importante rol del proceso de impacto en la formación del terreno. Los impactos ocurren a velocidades cercanas a los 20 km/s (70 000 km/h). En cada impacto ondas de alta presión rebotan al proyectil y el cuerpo impactado, proceso en el cual el proyectil (un meteorito) es destruido por la onda de choque haciendo que se evaporice casi en su totalidad. El material del cuerpo impactado es comprimido fuertemente y descomprimido brevemente después. Una porción de este material es evaporizado y otra parte es derretida, pero la mayor parte (una masa 10.000 veces superior a la del meteorito) es expulsada fuera del cráter formando el anillo que lo rodea. La parte central del cráter es un área más deprimida que el resto del terreno. Una pequeña parte del cuerpo impactado es expulsada a grandes distancias dando lugar a unas figuras que se asemejan a líneas rectas llamadas radios.
La diferencia con las calderas volcánicas o conos de cenizas es que no tienen anillos de material acumulado y sus cimas están por encima del nivel de la superficie.

Origen de los cráteres

Los geólogos mucho antes del proyecto Apolo creían que los cráteres lunares eran de origen volcánico. La razón era que en la Tierra los cráteres eran volcánicos pues los cráteres de impacto habían sido borrados por el dinamismo terrestre. Imponer la idea de que los cráteres lunares eran de impacto le costó tiempo y algún disgusto al geólogo Eugene Shoemaker. Éste estaba claramente involucrado en el programa Ranger de misiones a la Luna que mostró que la Luna estaba llena de cráteres de impacto de todos los tamaños. En su doctorado en ciencias físicas en la Universidad de Princeton el Dr. Gene Shoemaker demostró que el Cráter Meteor en Arizona se produjo por el impacto de un meteorito. Encontró un anillo de material arrojado. Los anillos concéntricos y los rayos son típicos en cráteres de impacto jóvenes. En 1969, en Caltech empezó una búsqueda sistemática de asteroides que cruzan la órbita de la Tierra. Se produjo el descubrimiento de varias familias de tales asteroides incluidos los asteroides Apolo.
El Dr. Shoemaker también participaba en el entrenamiento de los astronautas estadounidenses del programa Apolo y tenía el sueño de poder ser uno de ellos. El 24 de marzo de 1993, descubrió junto con su esposa Carolyn Jean Spellmann y el astrónomo David Levy el Cometa Shoemaker-Levy 9. Una año antes en julio de 1992 la órbita del SL9 atravesó el límite de Roche de Júpiter (distancia mínima en que la diferencia de fuerzas de atracción entre dos puntos del objeto supera la cohesión causando la destrucción del objeto) y las fuerzas de marea destrozaron el cometa, que posteriormente fue observado como una serie de fragmentos de hasta 2 km de diámetro, en órbita inestable alrededor de Júpiter. Shoemaker murió en un accidente de automóvil en Alice Springs, Australia 18 de julio de 1997. Algunas de sus cenizas fueron llevadas a la Luna por la sonda espacial Lunar Prospector siendo de momento la única persona que descansa en la Luna.

Depósitos de manto oscuro

Otro tipo de depósito existente tanto en los mares como en las tierras altas, son los depósitos de manto oscuro. Son similares a los volcanes. Estos depósitos no pueden ser vistos a simple vista sino con la ayuda de telescopios o la cercanía de naves espaciales. Antes de las misiones Apolo, los científicos creían que se trataba de depósitos producidos por erupciones piroclásticas. Algunos depósitos parecen estar asociados con conos de cenizas oscuros y anchos reforzando la idea de las erupciones piroclásticas, posteriormente confirmadas por el hallazgo de perlas de vidrio como las que se encuentran en las erupciones piroclásticas de la Tierra.

El regolito

La superficie de la Luna es de color gris y presenta una gran cantidad de fino sedimento producto de los innumerables impactos de meteoritos. Este polvo recibe el nombre de regolito lunar, un término acuñado para describir las capas de sedimento producidas por efectos mecánicos sobre las superficies de los planetas. El espesor del regolito varía de 2 metros en los mares más jóvenes hasta unos 20 metros en las superficies más antiguas de las tierras altas.
El regolito está formado por el material rocoso de la región en donde se encuentre, pero además contiene restos de material expulsado por impactos lejanos, por lo cual el regolito constituye una roca de gran valor científico.
El regolito contiene rocas, fragmentos de minerales derivados del lecho de roca original, partículas vidriosas formadas por los impactos. En la mayor parte del regolito lunar, la mitad de las partículas están compuestas de fragmentos minerales que están unidos por vidrios de impacto; estos objetos se llaman aglutinados. La composición química del regolito varía de acuerdo a su ubicación; el regolito en las tierras altas, como sus rocas, es rico en aluminio. El regolito en los mares es rico en hierro y magnesio, como las rocas basálticas.


El regolito lunar es también muy importante porque almacena la información de la historia solar. Las partículas que forman al viento solar, compuesto principalmente de átomos de helio, neón, carbono y nitrógeno golpean la superficie lunar y se insertan en los granos minerales. Al analizar la composición del regolito, especialmente su composición isotópica es posible determinar si la actividad del Sol ha cambiado con el tiempo.
Los gases del viento solar podrían ser útiles para futuras bases lunares, ya que el oxígeno y el hidrógeno (agua), carbono y nitrógeno son de gran utilidad en la vida y para la elaboración de combustible. Al respecto es especialmente importante la existencia de grandes cantidades de Helio-3, que podrían utilizarse como material energético combustible en generadores de fusión nuclear, hoy en día aún inexistentes y un sueño para la humanidad: energía nuclear limpia.
Existe una gran cantidad de oxígeno almacenado en el regolito en forma de dióxido de silicio (SiO2), minerales de las rocas lunares, óxidos de calcio (CaO), hierro (FeO) y magnesio (MgO). Cerca del 43% de la masa del suelo es oxígeno.


Tabla En los basaltos de la Tierra hay óxido de potasio (K2O) en (0,65%) y anhídrido fosfórico (P2O5) en (0,14%). Estos productos también se hallan en la Luna pero desconozco la proporción en Maria y Tierras Altas y por eso no figuran.


Abundancias minerales en las rocas lunares

Las rocas poseen características muy similares a las rocas de la Tierra, especialmente en cuanto a la proporción de los isótopos de oxígeno. Las rocas de la Luna no contienen elementos químicos volátiles tales como potasio y sodio. Los análisis de hace 50 años la hacían carecer completamente de agua, pero análisis recientes han encontrado trazas. En cuanto al  hierro, las tierras altas tienden a ser relativamente pobres mientras los basaltos de los mares contienen cantidades significativas especialmente el Océano de las Tormentas.

Feldespato: Mineral que es un silicato de aluminio, calcio y en la Tierra potasio y sodio. Forma las rocas endógenas (provenientes del interior del planeta) y metamórficas (han sufrido cambios físicos o químicos debidos a la presión, temperatura, etc. existentes en el interior del planeta). Las numerosas variedades de feldespato se clasifican en dos grupos los feldespatos potásicos (inexistentes en la Luna) y plagioclasa entre ellos está la anortosita((CaAl2Si2O8) una roca ígnea blanco-grisácea transparente donde abundan el calcio (Ca) y el aluminio (Al). Flotaba en el océano de magma después de la cristalización y forma actualmente la corteza lunar de las tierras altas.

Piroxeno: Silicato que contiene hierro (Fe), magnesio (Mg) y calcio (Ca) y son uno de los constituyentes de las rocas. De fórmula (Ca, Mg,Fe)Si O3. Pueden cristalizar en los sistemas rómbico o clinorómbico. Los piroxenos con hierro suelen ser oscuros, marrones, grises o incluso verde claro. Las muestras lunares contienen mucho piroxeno sobre todo la de los basaltos de los mares, siendo los granos usualmente más alargados en los mares y algo más cuadrados en las tierras altas.

Olivino: Silicato de hierro (Fe) y magnesio (Mg) de fórmula (Mg,Fe)2SiO4 de color verde y de brillo vítreo, cuyos cristales se encuentran en las rocas eruptivas. Cristaliza en el sistema rómbico.

Ilmenita: Óxido de hierro (Fe) y titanio (Ti), de fórmula Fe,TiO3 que se encuentra en las rocas eruptivas en forma de laminillas brillantes de color negro. Cristaliza en el sistema rómbico. No se encuentra en las tierras altas pero sí en los basaltos de los mares lunares. El Apolo XI se encontró con basaltos con alto contenido en ilmenita y por tanto en titanio. Dicha proporción se rebajó en el Apolo XII y se redujo aún más en las muestras de las siguientes misiones y en el regolito traído por las sondas soviéticas.


Fig. 1 Ubicación de algunos tipos de rocas traídas por los astronautas del programa Apolo.


 Las tierras altas contienen, aparte de la anortosita, otro tipo de rocas ígneas como las noritas y las troctolitas, rocas formadas por cantidades iguales de plagioclasa y olivino o piroxeno (siendo ambos minerales de silicatos que contienen hierro y magnesio). La datación radiométrica de estas rocas sugiere que son más jóvenes que las anortositas que fueron formadas después que el océano de magma se había cristalizado.
Las rocas de las tierras altas son además bastante complejas debido al proceso de craterización. La mayoría de estas rocas son complejas mezclas de otras. Las rocas originales fueron derretidas, mezcladas, e impactadas durante los primeros 500 millones de años de la Luna. Estas rocas se llaman brechas. La mayor parte de las anortositas, noritas y troctolitas son en realidad fragmentos de rocas dentro de brechas.
Muchas brechas y algunas rocas ígneas están enriquecidas con un conjunto de elementos que no son comunes en la Tierra. Su presencia se origina cuando el magma se cristaliza, y la parte que todavía está líquida se va enriqueciendo progresivamente de estos elementos llamados KREEP, (por los símbolos del potasio, fósforo y elementos de las Tierras Raras, del inglés Rare-Earth Elements (REE)). Actualmente se cree que los KREEPs representan los últimos restos de la cristalización del magma de océano. Grandes impactos excavaron la corteza expulsando el material inferior mezclándolo con otros escombros y formando brechas KREEP.

Bibliografía:
  • Wikipedia en castellano e inglés de muchos temas siendo los fundamentales:Geología de la Luna, Mar lunar, Roca lunar
  • Diccionario Larousse científico

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