viernes, 10 de agosto de 2018

Método de la velocidad radial (1/5)


Iniciamos una serie de artículos relacionados con los dos principales métodos de detectar exoplanetas. Hemos dejado fuera otros métodos para detectar exoplanetas aunque aquí de pasada trataremos el método de VTT y el MassSpec. Para no hacerlo largo lo he dividido en trozos. He procurado explicar los conceptos excluyendo las fórmulas. El programa incluye:
I.                    Método de la velocidad radial.
II.                 Método del tránsito.
III.               El efecto Rossiter-McLaughlin.
IV.              El problema para detectar planetas terrestres.
V.                 Otros efectos del método del tránsito.

Los métodos principales para detectar los exoplanetas son dos: la velocidad radial (VR) y el tránsito. De los aproximadamente 3.800 exoplanetas descubiertos hasta julio de 2018 unos 752 han sido descubiertos por velocidad radial y 2.824 por tránsito. Ello representa el 94,2%. Todos estos métodos de detección se llaman indirectos
Los métodos directos consisten en observar el planeta directamente o cuanto al menos, fotones procedentes del planeta, son más difíciles, sólo se ha logrado en el 2,4% del 5,8% restante.
Las razones son sencillas:
·         Las estrellas brillan de un millón a 1.000 millones de veces los planetas (ello depende de longitud de onda en que se observe). El contraste es menor en el infrarrojo.
·         Los planetas están muy cerca de sus estrellas. Visto desde Tierra un planeta a 1 U.A. en a Cen formaría con su estrella un ángulo de 0,8”. Si la  estrella está 100 veces más lejos  el planeta estaría a 8 mas (1000 mas=1” arco).y si el planeta estuviera 20 veces más cerca estaría 0,4 mas.
·         La masa de una estrella es mucho mayor que la de un planeta. Masa Sol=1047 MJ=333 mil M Tierra.

Método de la velocidad radial (VR)

Supongamos dos niños de 12 kg. sentados en un columpio de 6 metros de largo. Para que la cosa funcione y esté equilibrado el punto de apoyo debe estar a la mitad. Si quitamos a un niño y sentamos a su padre de unos 60 kg. el equilibrio se rompe.

Fig. 1 Para que haya equilibrio en un columpio debe cumplirse la igualdad de momentos es decir Fuerza x longitud brazo=constante. En sistemas físicos 'el punto de apoyo' se llama centro de masas (c.d.m.) y coincide en cuerpos homogéneos con el centro geométrico. Peor está llamarle centro de gravedad porque confunde, por cierto, como hemos hecho nosotros hace un momento, la masa y el peso.

Para mantener el equilibrio debemos desplazar el punto de apoyo a 1m del padre, así 60x1=12x5.
¿Giran los planetas alrededor de las estrellas? Copérnico diría que sí, pero formalmente la respuesta es no. Porque ambos estrella y planeta giran alrededor del c.d.m. Esto es importante porque el método de la VR se basa en detectar la pequeña órbita de la estrella alrededor del c.d.m.
Si se trata de dos estrellas de masas parecidas como en el caso de los niños este se halla casi a mitad de distancia como en el caso del sistema doble a Cen AB el sistema más próximo al Sistema Solar.

Fig. 2 Movimiento de a Cen AB respecto al c.d.m. Las estrellas siempre están diametralmente opuestas y cumpliendo en todo momento la ley explicada en el balancín. En un movimiento elíptico que dura 79,91 años, los componentes A y B de este sistema binario se aproximan entre sí a un mínimo de 11,2 U.A. (5,065+6,135), siendo la distancia máxima entre las dos estrellas 35,6 =19,5+16,1 U.A. La distancia media entre ambas es a=(11,2+35,6)/2=23,4 U.A. Por la tercera ley de Kepler se puede averiguar la masa total del sistema m1+m2=23,43/79,12=1,775 masas solares. Para hallar la masa de cada una hay que establecer el movimiento absoluto aquí dibujado midiendo la posición con otras estrellas de sus proximidades. Así m1/m2=6,135/5,065=1,2112. Así a Cen A m1=0,972 y a Cen B m2=0,803 masas solares. Todas las elipses la absoluta de B alrededor de A (que permanece fija) y las dos relativas aquí mostradas tienen la misma excentricidad.

El método de la VR se aplicó en primer lugar a estrellas dobles que visualmente no se podían separar (dobles espectroscópicas). Se basa en el efecto Doppler (ver al final de la entrada) para la luz que consiste en que las rayas del espectro de la luz de las estrellas se desplaza hacia el rojo si la fuente (estrella) se aleja radialmente del observador mientras que se desplaza hacia el azul si la fuente (estrella) se acerca. En algunos pares estelares estrellas, como en la fig.3 las líneas se desdoblan cuando una estrella se aleja mientras que la otra se aleja radialmente a la Tierra. No ocurre nada cuando la velocidad es perpendicular. En otros pares de estrellas y en el par estrella-planeta sólo es visible el bamboleo de la línea de una de las estrellas alrededor de la posición que ocupa en el laboratorio. Esto se debe a que la otra estrella es débil o un planeta. Por el método de la velocidad radial se averigua el período de bamboleo de la estrella que coincide con el periodo del planeta.
Antes de que en 1995 se descubriera el primer exoplaneta se podía determinar la posición de una raya espectral con una precisión de 1/100 Å lo que corresponde a una velocidad radial de 500 m/s en el mejor de los casos o hasta 3 km/s en el peor. Tuvieron que mejorarse mucho los espectrógrafos para poder medirlos con la precisión requerida y poder determinar velocidades de las estrellas en el rango de pocas decenas de m/s para descubrir los planetas gigantes de los sistemas planetarios.

Fig. 3 Espectros de la doble espectroscópica Mizar A, obtenidos en dos fases distintas del periodo orbital, calculado en 20,5 días. El espectro inferior es de cuando las dos estrellas se movían perpendicularmente a la línea visual, por lo que la velocidad radial orbital de ambas estrellas era nula; las rayas espectrales de ambas estrellas coinciden con gran precisión. El espectro superior se obtuvo cuando las dos estrellas tenían velocidades de alejamiento y acercamiento máximas respectivamente. Las rayas de una estrella presentan un desplazamiento hacia el rojo, mientras que las de la otra lo presentan hacia el violeta: por lo tanto, todas las rayas resultan desdobladas y con una separación máxima.

La diferencia de masas entre la estrella y el planeta es tan grande que como en el caso del balancín en el supuesto padre-hijo el c.d.m. se halla muy próximo o lo más normal dentro del cuerpo de la estrella. El bamboleo de la estrella es pequeño con velocidades pequeñas alrededor de este c.d.m. Por ejemplo en el sistema Sol-Júpiter el c.d.m. se halla fuera del Sol por poco.
Hubo que hacer un enorme esfuerzo en la mejora de los espectrógrafos para determinar estas bajas velocidades y esperar mucho tiempo para determinar un trozo significativo de la órbita. Este fue el fallido camino emprendido en 1979 por los canadienses Bruce Campbell y Gordon Walter que con una precisión de 15 m/s intentaron descubrir análogos de Júpiter en otros sistemas planetarios. Fracasaron.
 Fig. 4 La velocidad del movimiento del Sol causado por Júpiter es de sólo 12m/s. y el periodo dura 12 años.

Michel Mayor por el contrario con su espectrógrafo Élodie, se centró principalmente en objetos del tipo enanas marrones. Los gigantes gaseosos como Júpiter, teóricamente no se pueden formar cerca de su estrella sino que se forman siempre más allá de la línea de hielo. Por tanto según la creencia de la época no podían existir cerca de su estrella. A diferencia, nada impide a las enanas marrones ocupar órbitas cercanas a su estrella y por tanto de corta duración. Aun siendo malogradas, las enanas marrones son estrellas, y las parejas estelares pueden tener periodos orbitales muy cortos de sólo unos pocos días. Lo que encontró es ya historia: un planeta gigante de masa mínima 0,468 Mj que giraba en sólo 4,2 días en torno a su estrella a 1/20 de la distancia de la Tierra al Sol llamado 51Peg b y que según los estándares de la época no podía existir, dando lugar a los llamados jupíteres calientes. El método favorece la detección de planetas grandes y que orbitan a escasa distancia de su estrella. La amplitud causada por 51 Peg b era de k=59 m/seg. Por esto cuando este método era el predominante había una abundancia de planetas gigantes que no se correspondía con la abundancia real. Los planetas más pequeños deben ser mucho más abundantes que los gigantes de gas. El uso de otros métodos como el tránsito ha revertido este sesgo.
En este caso lo que vemos no es el exoplaneta sino la velocidad de la estrella causada por el planeta durante un periodo. Estas curvas varían en forma según la excentricidad y orientación de la órbita. La órbita de la estrella es análoga pero en reducido a la órbita del planeta y por supuesto sigue las mismas leyes.
Para los planetas extrasolares el plano de la eclíptica se sustituye por el plano del cielo y su origen lo determina el polo norte celeste. El plano celeste y el plano de la órbita se cortan en una línea denominada línea de los nodos que corta a la órbita en el nodo ascendente cuando el planeta se aleja de la Tierra y descendente cuando se acerca. La posición del nodo ascendente la fija un ángulo W entre 0 y 180º. La inclinación i es el ángulo entre el plano celeste y el orbital. Si es menor que 90º el movimiento del planeta es directo o antihorario, si está entre 90º y 180º es inverso u horario. El método radial no permite calcular i obteniendo sólo la masa mínima del planeta. La razón estriba en que se desconoce la orientación de la órbita del planeta. Si fuese esta inclinación i=90º toda la velocidad del planeta sería radial y la masa del planeta determinada por VR sería la real. Si la inclinación es intermedia 0<i<90º de la velocidad de la estrella, sólo detectamos la componente radial vsen(i) así que la masa es msen (i) y si i=0 toda la componente de la velocidad es perpendicular al observador y no detectamos nada. El seno de i es un factor que va de 0 a 1 cuando i va de 0 a 90º.
El centro de masas del sistema estrella-planeta se mueve respecto a la Tierra a una velocidad V0 debido al movimiento de la estrella y al propio movimiento del Sol en el sentido radial. Tendremos que descontar este valor. Lo que nos queda es un movimiento periódico de amplitud K y periodo T directamente medibles. En dicha amplitud K puede figurar el semieje a de la órbita del exoplaneta y el periodo P pero sabemos que ambas magnitudes se relacionan por la tercera ley de Kepler así que una de las dos puede desaparecer.
Si hacemos desaparecer el periodo resulta que dicha amplitud es directamente proporcional al producto msen(i) donde m es la masa del exoplaneta y es inversamente proporcional a la raíz cuadrada del producto del semieje a y de la masa de la estrella M. También es inversamente proporcional a la raíz (1-e2) donde e es la excentricidad. Para órbitas circulares este parámetro es 1. Para unidades prácticas como K en m/seg, la masa del planeta en masas de Júpiter, la masa de la estrella en masas del Sol y el semieje a en U.A., resulta que la constante de proporcionalidad es 28,45. Detectar un planeta como la Tierra (masa=1/318 Mj) a una distancia en 1 U.A. en órbita circular requiere un k=28,45/318=0,0895m/s=8,95 cm/s.
La velocidad de rotación de la estrella puede confundirse con la señal de un exoplaneta. La actividad de la estrella (manchas, convección, granulación) puede provocar falsas detecciones. Lo trataremos más detenidamente en:
IV        El problema para detectar planetas terrestres
Son famosas las falsas detecciones en el sistema Gliese 581, una estrella rojiza a sólo 20 A.L. de la Tierra. Tenía 4 planetas (b, c, d y e) cuando los americanos decidieron mezclar datos de dos espectrógrafos y anunciar el descubrimiento de dos nuevos planetas (f y g). Gliese 581 g estaba además en la zona habitable de la estrella. Actualmente se cree  sólo existen b, c y e
Desde Tierra sólo es posible observar las estrellas de noche y en el periodo anual en que la estrella es visible. Esto introduce falsos periodos de 24h y 365d que hay que corregir.
Se ha sugerido que algunos planetas con excentricidades altas descubiertos por este método pueden estar imitando un sistema con dos planetas en órbitas con resonancia 2:1 y de mucha menor excentricidad, pues en primer orden de la excentricidad producen los mismos efectos en la velocidad radial produciendo un caso degenerado.
Es muy difícil separar en un sistema de varios planetas, los distintos componentes pues en la curva aparecen todos mezclados con sus diferentes periodos.

Efecto Doppler

El efecto Doppler no es más que la variación en la longitud de onda o la frecuencia observada de cualquier fenómeno ondulatorio (sonido o luz), cuando la fuente que lo emite se acerca o se aleja del observador. Christian Doppler (1803-1853) fue el primero para el caso del sonido, en darse cuenta en mayo de 1842 tras haberlo observado en la naturaleza. A todos nos es familiar el cambio de frecuencia (tono) que experimenta el pitido de una locomotora cuando, al cruzarnos con ella, ésta pasa de aproximarse a alejarse. En Valencia cuando había carreras de coches de la Fórmula 1 y a pesar de no estar en el circuito se oía exageradamente el cambio de tono más agudo cuando se acercaban y más grave cuando se alejaban. En cambio ni el conductor de la locomotora, ni el piloto del coche observa ningún cambio ya que el emisor y el receptor viajan a la misma velocidad. En junio de 1845 el meteorólogo holandés, Christoph Buys Ballot (conocido en meteorología por su regla: Si nos colocamos de cara al viento el anticiclón lo tenemos a mano izquierda y la borrasca a mano derecha), confirmó el principio de Doppler para el sonido utilizando una banda de música que tocaba una nota musical durante el trayecto en tren de Utrech a Amsterdam. Doppler repitió el experimento poco después.
El efecto es espectacular en una carrera de Fórmula 1 porque si el coche va a un poco más de 300 km/h ello supone 85 m/seg que representa el 25% de la velocidad del sonido que es de 340 m/s. El efecto nos dice que el cambio relativo en la longitud de onda es el mismo que el cociente entre la velocidad a que se mueve la fuente y la velocidad de la onda en el medio.

Fig. 7 En la figura de la izquierda receptor y emisor no se mueven o se mueven a la misma velocidad. No hay efecto Doppler y las longitudes de onda observadas (l) son las del laboratorio. En la figura de la derecha se observa el efecto Doppler debido al movimiento del emisor de derecha a izquierda. El observador está en reposo. La fuente emite ondas mientras se desplaza de 1 a 6. Cuando la fuente se acerca el receptor observa que la longitud de onda se comprime (l1<l) y por tanto la frecuencia aumenta, mientras que cuando la fuente se aleja observa una longitud de onda mayor (l2>l) y una frecuencia más baja.

El físico francés Hippolyte Fizeau (1819-1896) volvió a descubrir el mismo fenómeno para las ondas luminosas. En 1849 había medido la velocidad de la luz. Un acercamiento a la Tierra de una estrella o galaxia significa una longitud de onda menor, es decir un desplazamiento al azul mientras que un alejamiento significa una longitud de onda mayor, es decir un desplazamiento al rojo. William Huggins fue el primero en ver que el efecto Doppler de la luz se podía usar para medir la velocidad radial. Al estudiar el espectro de Sirio, la estrella más brillante del cielo, observó que una de las rayas de absorción características del hidrógeno no estaba exactamente en el lugar donde se encuentra en el laboratorio. La diferencia es ciertamente ínfima (1,09 Å en total), pero Huggins está convencido de que no se trata de un error instrumental. Apliquemos el desplazamiento Doppler. Esta diferencia prueba que la luminosa Sirio está en movimiento y que se aleja del Sol. (La velocidad radial no es +40 km/s sino -7,6 km/s. En realidad Sirio se acerca. Probablemente el error venga de que no descontó el movimiento causado por Sirio B que se acababa de descubrir). En 1871 el alemán Hermann Karl Vogel (1841-1907) perfeccionará la técnica con ayuda de la fotografía. Fijar la luz de los espectros sobre una película química, permite a los astrofísicos medir con más comodidad y más tiempo los desplazamientos espectrales, lo que a su vez permite un aumento significativo de la precisión. Desde entonces, la espectrometría se transforma en espectrografía. La rotación solar, hacía que un borde solar se acercara a la Tierra, mientras que el otro se alejaba. Observó que ello causaba un desplazamiento Doppler en las líneas de Fraunhofer de unos 0,1 Å. Sabiendo que el diámetro solar es 1.392.000 km y que el Sol gira en 27 días 6 horas y 36 minutos no es difícil calcular la velocidad del borde solar 1,856 km/s. Por tanto, la diferencia de velocidad en los bordes es el doble 3,712 km/s. Dividiendo por la velocidad de la luz tenemos un desplazamiento relativo de 1,24x10-5 y admitiendo que se observa con luz roja (7.400 Å) resulta un desplazamiento Doppler 0,092 Å. A finales del siglo XIX, se podían detectar variaciones de velocidad del orden de diez hasta tres kilómetros/segundo. Más que suficiente no sólo para calcular la velocidad radial de las estrellas, por ser de 30 kilómetros/segundo, sino también para detectar perturbaciones generadas por las parejas de estrellas, al menos las más brillantes y las más próximas. El efecto que los planetas causan en sus estrellas anfitrionas tiene velocidades muy pequeñas, para nuestro Júpiter de unos 12 m/s y ha habido que realizar un desarrollo técnico muy elevado en los espectrógrafos. Los planetas extrasolares aún quedaban muy lejos.

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